viernes, 19 de octubre de 2007

TIPS DE FENG SHUI EN UNA CASA

Para que una casa sea considerada como buena, según establece el Feng Shui, ha de asociarse con tres premisas fundamentales. En primer lugar, la estabilidad, ya que el edificio debe asentarse en unas buenas bases, para nuestra salud y economía. En segundo lugar, es importante que se cumpla el equilibrio en cuanto a formas y colores, con el fin de tener buena armonía. Por último, es vital la uniformidad a través de la ausencia de estructuras duras o salientes para tener mejor protección contra problemas o accidentes.

Por consiguiente, lo mejor será tener un diseño regular, por ejemplo, un cuadrado o un rectángulo, evitando las casas en forma de L, C, H o cualquier otro diseño en el que haya partes vacías. Por otro lado, las casas construidas encima de pilares no representan buena energía. Serían interesantes para edificios relacionados con el Gobierno, la Administración del Estado, etc., puesto que estos lugares darían sensación de majestuosos, grandiosos y enormes. Podemos observar como ciertos locales comerciales que están situados entre pilares y que seguramente no marchan demasiado bien, económicamente hablando, es como si estuvieran oprimidos entre columnas e, incluso, a veces las tienen colocadas justo enfrente de sus puertas.

Consideraciones importantes
Es fundamental que el nivel de la planta sea el mismo para toda ella. Si la parte delantera de la casa es más alta, significaría que a los hijos les costará independizarse, mientras que si la parte trasera es la más alta, entonces la riqueza se escapará al exterior. Hemos de procurar que todas las habitaciones de la casa reciban luz exterior pero, a ser posible, prescindiendo de grandes ventanales abiertos, pues las posibles energías negativas entrarían con mayor facilidad, de la misma forma se podrían escapar las buenas energías. Procura no tener persianas verticales, pues cuando se abren parecen cuchillos que cortan.

También es aconsejable que los techos sean planos o en forma de cúpula, y no demasiado altos. No vivas en un edificio de apartamentos que tenga pasillos largos y, por supuesto, lo peor de todo es que tu apartamento esté al fondo del mismo. Tampoco hay que elegir el que tenga las puertas delante de las escaleras y hay que evitar los rellanos estrechos. Las escaleras entre los pisos han de estar amortiguadas por algún rellano, pero el apartamento no ha de estar situado junto al ascensor ni a la escalera.

Resulta muy conveniente el hecho de ubicar el mobiliario de tal forma que no ocupe más del 1/3 parte de la superficie habitable y que se haga siempre de acuerdo al flujo del Chi energético. Si nuestra casa es unifamiliar (chalet, casa de campo, adosado, etc.) habrá que evitar que en su cercanía haya otras construcciones demasiado altas o bajas.

Las zonas de la casa
A continuación, vemos las diferentes partes de la casa describiendo habitación por habitación:

 La planta de una casa ha de ser lo más equilibrada y estable posible, de preferencia cuadrada o rectangular.

 La entrada de la casa es una de las zonas más importantes pues por ella entra la energía (positiva o negativa) y se expande al resto de las habitaciones. Por lo tanto no debe dar a un pasillo estrecho, ni en forma de embudo. Lo idóneo es que forme una especie de zaguán desde el cual la energía se reparta hacia el resto de la casa, para lo cual sería interesante que las distintas puertas de acceso al resto de las habitaciones convergieran en él.

 Los pasillos sirven para conectar diversas zonas de la casa entre sí y por ellos circulará la energía, por lo tanto es preferible que no sean largos ni estrechos, procurando que al final de ellos no haya puertas y que en todo momento estén bien iluminados, para lo cual es beneficioso que en las habitaciones que den a esos pasillos dispongan de buena luz exterior para que al abrir sus puertas se carguen de buena energía solar.

 La cocina está asociada con la salud y los medios de vida de la familia. Ha de estar un tanto oculta respecto a la puerta principal, por si entra alguien o algo maligno y contamina los alimentos. No debe estar expuesta a más de dos lados (ventanas y puerta). Tiene una importancia vital respecto al resto de los miembros familiares, pues de aquí salen los alimentos preparados. Procuraremos tener siempre la despensa llena.




 El dormitorio es, casi con seguridad, la zona de la casa donde más tiempo pasamos y, además, en la misma posición (direccionamiento), por ello debe ser la zona más protegida de la casa. No debe tener más de una puerta, ni que ésta se sitúe frente a una escalera. Atención especial a las vigas en los techos, pues nos oprimirán, además de dar la sensación que nos pueden caer encima. Su forma ha de ser regular y simétrica. Asimismo, evitaremos tener en ella demasiados elementos que puedan perturbar nuestros sueños, como luces directas, cantidad de aparatos eléctricos, cuadros agresivos, etc.

 Las escaleras conectan entre sí diversos niveles de la casa, siendo por lo tanto, consideradas conductos de energía. Hemos de procurar no tenerlas en forma de espiral o caracol, tampoco estrechas y, por lo general, no deben dar directamente a la puerta de entrada. Así que lo más conveniente es que sean anchas y poco empinadas.

 El garaje, al estar asociado con los viajes y desplazamientos, afecta a la salud y seguridad de los habitantes de la casa. Lo ideal es tenerlo separado de la casa o adosado a un costado de ésta. De no ser así, podríamos ubicar una habitación de amortiguación entre éste y el resto de la casa como, por ejemplo, una zona de cuarto trastero, de limpieza, de almacenaje, etc. Si estuviera situado junto a nuestra habitación o contiguo a la cocina, afectaría a la salud de sus habitantes y estarían expuestos a sufrir accidentes de tráfico.





El recibidor primera impresión



Al cruzar la puerta de la casa, se llega a un espacio común que ordena el acceso a las distintas partes de la misma: el recibidor. Esta parte del hogar puede comunicar con el salón, el comedor, la zona de servicio y el paso a los dormitorios. Según el tipo de vivienda, tendrá mayor o menor protagonismo.

Esta zona de paso cumple algunas funciones importantes, como recoger la correspondencia, las llaves, los abrigos, los paraguas, los bolsos y, a veces, incluso los zapatos. Todos aquellos accesorios que se necesitan para desenvolverse fuera de la casa, pero de los que es preciso despojarse al llegar a ella para entrar con libertad al área privada.

Si el vestíbulo atrapa al visitante, el resto de la casa le parecerá hermosa y acogedora, por esta razón su estilo debe estar bien meditado. Su tamaño debe equilibrarse con el del resto de la vivienda. Así si la casa es pequeña, es recomendable que el recibidor transmita sensación de amplitud; por el contrario, si la casa es grande, debe ser acogedor. El estilo de esta estancia tiene que ser lleno de detalles, pero no recargado.

Un espacio reducido
Muchas veces, sólo se cuenta con poco más de un metro cuadrado para el recibidor. Por tanto, es una tarea díficil intentar ganar espacio allí donde no existe. La solución idónea es conseguirlo a través de la combinación de efectos ópticos y psicológicos, ya sea con la instalación de un espejo, con el color o con la textura de las paredes.

Los colores fríos por asociación con el agua son el azul, el violeta y el verde. En saturaciones débiles expresan delicadeza, frescura, infinitud y expansión. Tienen el poder de distanciar, mientras que los cálidos atraen. Por eso, para una estancia pequeña se utiliza la técnica de pintarla con un tono frío único, siempre en matices claros, para conseguir así el efecto de agrandarla visualmente. Otro clásico para lograr este efecto es el blanco, también utilizado en puertas y rodapiés.

El distribuidor en un piso suele carecer de luz natural propia, por lo que es un recurso habitual colocar cristales en la puerta del salón, comedor, para recibir iluminación indirecta. La máxima claridad proviene de pintar el cielorraso de blanco, con una capacidad de reflexión del 60% de la luz recibida. Es bueno que éste no supere los 2,5 metros de altura, ya que un techo excesivamente alto empequeñece todavía más un espacio pequeño. Un recurso eficaz es bajarlo con placas de escayola.

Si no se dispone de un espacio en la casa para tener un recibidor independiente, se puede robar al salón algo de intimidad con un biombo o un mueble de doble uso, que por ejemplo sea armario por un lado y estantería por otro. Si se quiere que el recibidor tenga luz natural, uno de los tabiques puedes hacerlo de pavés, o con una celosía que combine madera y cristal traslúcido. De esta forma, el recibidor tendrá una entrada de luz, pero se mantienen separadas las estancias.

Al ser una zona de paso, es suficiente con una luz indirecta que le de cierto encanto. Aquí, y en todas las zonas de paso en general, sí se pueden utilizar halógenos ya que, aunque su iluminación no es la más adecuada por crear zonas de sombra, sí dan a recibidores y pasillos una iluminación general suficiente.

En un chalet o dúplex
El distribuidor por lo general está diseñado en proporción al resto de la vivienda. En un chalet, una casa grande o un piso amplio, es una habitación más para replantear y amueblar. Muchas veces cuenta con luz natural propia. Quizás nazca del mismo una escalera para una segunda planta, o se incluya un escritorio y un pequeño sillón.

Si se posee espacio y claridad, se pueden utilizar colores más puros y en matices más fuertes. La división horizontal de los paramentos verticales ayudará a crear una zona rica en texturas y formas. Se puede dividir la pared en dos áreas, separadas por una delicada moldura. La parte inferior se realza colocando un zócalo de madera, empapelando, pegando tela o pintado de un tono más oscuro con respecto al que llevará la parte superior.

No es necesario darle el mismo tratamiento a todas las paredes, ya que sería monótono. En unas se puede poner un friso y en otras, sólo pintura. Se puede dirigir uno de los paramentos para ubicar un cuadro importante o una composición de ellos.

Conviene que la iluminación sea diversa, lo cual se consigue instalando bañadores de pared en el techo, un aplique para cuadros en la zona de exposición, una lámpara de mesa sobre el escritorio y un plafón en el acceso al distribuidor. Si existe una ventana, se puede colocar un visillo o un estor traslúcido que preserve la intimidad del recinto. No es preciso oscurecerlo al ser una zona de paso.

Complementos indispensables
La decoración del recibidor es muy importante, ya que nos proporciona una idea de cómo será el estilo de la casa. Por regla general, los recibidores son de planta rectangular y suelen aderezarse con una consola de madera sobre la que se coloca un espejo de grandes proporciones, lo que da una mayor sensación de amplitud a este rincón del hogar. Esta pieza se ha convertido en imprescindible a la hora de vestir el recibidor, aunque se puede omitir en aquellos vestíbulos de pequeñas dimensiones, ya que resta espacio a la entrada.

Sobre esta consola de madera, se puede colocar adornos, como figuras de porcelana, madera o cristal o flores de plástico, siempre que den un toque de frescura a la estancia. Además de la práctica y decorativa consola, el vestíbulo puede albergar distintos complementos decorativos, a la vez que funcionales.

El perchero, por ejemplo, resulta de gran utilidad a la hora de despojarse de los abrigos u otros complementos. Estos pueden ser de metal pintado del color de los otros muebles del vestíbulo, de hierro forjado o de madera. El paragüero es también un complemento ideal para vestir el recibidor. Los hay de infinidad de formas y colores, pero si se le quiere dar un toque personal y distinto al vestíbulo, lo mejor es optar por uno poco convencional.

Otro de los complementos que más visten el recibidor es el banco-zapatero, que resulta muy útil. También los pequeños bancos y sofás resultan muy decorativos. Las paredes se pueden decorar con coquetos cuadros o cenefas, que den un estilo más alegre a este rincón.



Como decorar un pasillo


A menudo, a la hora de decorar nuestra casa, nos centramos en el salón, el dormitorio, la cocina o incluso el jardín, sin reparar en esos grandes olvidados: los pasillos. Ya que obligatoriamente tenemos que atravesarlos para cambiar de habitación, qué menos que saber sacar el máximo partido de ellos. Sólo tienes que seguir estos sencillos consejos.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que los pasillos deben dar sensación de libertad y comodidad para favorecer y agilizar el tránsito en nuestro hogar. También hemos de considerar que no cuentan con luz natural, por lo que recae en nosotros la responsabilidad de iluminarlos correctamente.

Los tonos adecuados se mueven entre los claros y los neutros, asegurándonos de que reflejen tanta luz como sea posible. Blanco y beige son las elecciones más populares para la mayoría. La experimentación no es muy frecuente en esta zona, pero si te decides por ella asegúrate de tener un recibidor amplio que aumente los espacios.

Redimensionar el espacio
La colocación de las fuentes de luz dependerá en gran medida de la altura del techo que tengamos. Si nos encontramos ante uno bajo, la luz deberá ser cenital. Para ello emplearemos focos situados directamente en el techo o apliques en la parte superior de las paredes, iluminándolas fuertemente para que la luz inunde el pasillo. Un papel pintado a rayas verticales incrementará el efecto.

Si, por el contrario, estamos ante uno elevado, la solución puede pasara por instalar un zócalo pintado o empapelado. En su parte superior colocaremos un listón de una madera similar a la del suelo. En esta ocasión los apliques los posicionaremos a una altura bastante inferior para evitar el efecto túnel. También es posible que queramos variar su largura o estrechura, para lo que deberemos hacer lo siguiente.

Colocando una tarima flotante con las maderas dispuestas horizontalmente lo ensancharemos, pero si lo hacemos verticalmente, estiraremos la línea visual aumentando la longitud del pasillo. Otro recurso es el empleo de espejos, que nos ayudarán a jugar con las dimensiones gracias a su reflejo. En un pasillo corto los emplazaremos al fondo, pero si buscamos ganar amplitud, los dispondremos en las paredes laterales.

Opción clásica
De todos modos, lo más frecuente es que nuestro pasillo posea unas dimensiones normales, de modo que no será necesario el servirnos de estas ayudas para lograr que sea proporcionado. En tal caso, unos cuarterones de madera son una elección sobria y distinguida, que asegura un resultado elegante y discreto.

Dependiendo del ancho del que dispongamos, puede ser recomendable incluir algo de mobiliario para amenizar el paso, además de que ciertas piezas pueden sernos realmente útiles. Percheros, zapateros o librerías darán más vida a esta zona, evitando que parezca desierta.

Una alfombra para el suelo es una buena solución, puesto que aportará calidez dando una impresión más amable y hospitalaria. Si disponemos del suficiente espacio también podemos colocar una mesita pequeña con una lámpara sobre ella, o una de pie a su lado.

Cuidado con los excesos
Es importante recordar que no podemos situar objetos cerca de las puertas, tanto por la posibilidad de golpearnos con ellos o de que se rompan, como por la sensación de ahogo. Hemos de evitar a toda costa sobrecargar el pasillo, ya que nuestro objetivo es hacerlo lo más liviano posible.

Otra alternativa es la de crear una pequeña galería de arte. Podremos servirnos de cuadros o de reproducciones de obras conocidas, pero procurando presentar juntas temáticas y estilos similares. Huiremos de los colores apagados o sombríos que resten luminosidad a la estancia. Ahora ya conoces todo lo imprescindible para decorar acertadamente esta parte de la casa, a menudo descuidada. Unos pasillos bien amueblados darán fluidez, coherencia y alegría a tu hogar.


No hay comentarios: